Una de las grandes líneas de nuestra investigación hurga en las formas mediante las cuales las personas se agrupan dentro de las empresas. Pero lo que mantiene “orden” en el guión era la idea de empresa. O no. Recuerdo el caso de Xul, que ya ha configurado una fundación dentro de su entorno empresarial. O el caso de las Indias Electrónicas, que además de conformarse como grupo cooperativo son “algo más”.
De acuerdo con Fernando Casani, coordinador de los diferentes proyectos de investigación, hemos incluido una asociación en nuestro estudio de la economía abierta. Se trata de TransAndalus. ¿Por qué lo hemos hecho? Primero porque es evidente que constituye un hecho económico. Esta asociación promueve una ruta para “ciclismo de montaña de alforjas” por la Andalucía rural. Eso supone personas pernoctando y la puesta en valor de unos territorios a veces demasiado olvidados. Así que esa ruta dinamiza el territorio y genera ingresos para la hostelería de los pueblos por los que transcurre.
Además, hay otra cuestión fundamental por la que la hemos tomado como ejemplo de economía abierta: la forma en que se ha generado. No ha sido una iniciativa institucional sino que ha nacido de la colaboración ciudadana. Personas que conocen el territorio con sus bicis de montaña se han puesto de acuerdo para el trazado de una ruta circular y perimetral que recorre buena parte de las sierras andaluzas. Y la ruta es de ¡más de 2.000 kilómetros! La colaboración se basa en relación presencial pero también a través del sitio web.
Para conocer mejor el proyecto hemos compartido con Fran Cortés, su coordinador, no sólo conversación sino también pedales. Con él tuvimos la ocasión de recorrer varios tramos de la provincia de Córdoba por la comarca de Los Pedroches. Escuchando sus historias no cabe duda de que nos cargábamos de buenas razones para incluir este caso dentro de la investigación de economía abierta. ¿Qué te parece?
